martes, 25 de julio de 2017

Las dos Marías

Buenas de nuevo,

Tras un tiempo sin escribir nada, hemos encontrado un artículo curioso que nos gustaría compartir.

Se trata de la historia de dos hermanas de Santiago de Compostela, Maruxa y Coralina, también conocidas como las hermanas Fandiño.

Esta pareja se hizo popular por sus paseos diarios por el casco antiguo durante los años cincuenta y sesenta, vestidas y maquilladas de manera excéntrica, siempre a la misma hora, las dos en punto. Era todo un acontecimiento por el contraste que suponía el ambiente gris que reinaba en España durante esa época.

Lo que actualmente se conoce como uno de los iconos más representativos de la ciudad, obedece a un proceso de maltrato social e institucional durante la dictadura, pues se trataba de una familia en la que los hermanos varones militaban en el anarquismo y tuvieron que huir tras la Guerra Civil.

La pesadilla para estas hermanas comenzó cuando los falangistas trataron de utilizar a la familia para averiguar el paradero de los hermanos. A horas intempestivas de la noche, llegaba la Policía Social a la casa de los Fandiño, registraban y desbarataban la vivienda, desnudaban en la vía pública a las hermanas para humillarlas y las subían al monte, donde dicen, aunque no está demostrado, que las torturaban, llegando incluso a violarlas.

Cuentan que esos malos tratos continuados fueron la causa de la locura que ambas sufrieron, porque antes no eran así. Estas mujeres tuvieron que vivir durante décadas entre las amenazas, el cabello rapado, los falangistas que llegaban a cualquier hora del día y de la noche a su casa para acabar con su dignidad.

Las llamaron rojas, comunistas, y las trataron de putas. A partir de entonces, el trabajo desapareció como medio de sustento y el hambre se hizo presente en su vida cotidiana. Las dos hermanas cayeron en la pobreza pues la población dejó de hacer pedidos en su taller de costura "por ser una familia anarquista, por miedo a significarse". Así tuvieron que vivir de la caridad de los vecinos que compraban comida en la tienda de Tito Carro, quien se las alcanzaba con la excusa de que eran "promociones" de las empresas.

Estas dos mujeres fueron las más conocidas y fotografiadas de Compostela, logrando crear un mecanismo de defensa para sobrevivir: se volvieron locas, y en su locura recuperaron el sueño de la juventud. Se vistieron de luz y color, llenas de maquillaje como si se tratase de una representación de máscaras; el polvo de arroz, el colorete y el carmín en ese Santiago de mediocridad, miseria y terror.

Con los años, la historia de las dos hermanas Fandiño fue cayendo en el olvido, hasta que el escultor vasco César Lombera, después de nueve años de proponerlo sin éxito al Ayuntamiento, consiguió instalar una escultura en su memoria: una reproducción realista y policromada de las dos mujeres durante sus famosos paseos. Desde entonces esta escultura es una de las más conocidas entre los turistas, pero también se utiliza con frecuencia como punto de partida de las manifestaciones sociales.

Con la intención de preservar su memoria, el escritor y guionista Henrique Rivadulla, hizo también un documental "Coralina y Maruxa, las hermanas Fandiño", en el que una serie de vecinos narran su relación con las hermanas fallecidas. En opinión del autor, las hermanas desempeñaron posiblemente sin saberlo, un papel fundamental en esa época de represión. Mucha gente que se sentía ahogada y que no se rebelaba por temor a represalias, veía en Las Marías un grito de libertad.

Por todo ello, desde el Centro de la Mujer queremos destacar el papel de las mujeres en la vida cotidiana y poner de relieve su valor y su importancia.