jueves, 4 de junio de 2020

LA DESIGUALDAD EXISTENTE

La desigualdad en nuestro país, por desgracia, sigue existiendo prácticamente a todos los niveles y en todos los ámbitos. Es cierto que hemos ido mejorando, sólo faltaba, pero a nivel educativo todavía se ve una faminización o masculinización, según se mire, de determinados estudios que luego dan acceso al mercado laboral. Incluso, a pesar de que ya en la universidad hay mayoría de mujeres, éstas siguen ocupando puestos de menor responsabilidad o teniendo tasas menores de empleabilidad y cuando trabajan, sus condiciones suelen ser peores.

Pero en la base de la educación, y a pesar de los avances, nos seguimos encontrando como me pasó a mi con mi hija de 5 años, que llegó un día del colegio diciendo que en su "cole" las niñas no jugaban al fútbol porque eso era cosas de niños!. Esto, a mi que trabajo en un Centro de la Mujer y que voy a los colegios a impartir talleres a todos los cursos para explicar que no hay juegos, juguetes, colores o materias de niños y otras de niñas!. Esto, en pleno SXXI!

Pues sí señoras y señores, así estamos todavía en España. Entiendo que este asunto no deriva de la educación formal que se imparte en los centros educativos, no, esto parte de la educación que cada persona recibe en su casa, a través de los medios de comunicación (sobre todo, en los medios de comunicación, puesto que es una enorme ventana al mundo).

Esta desigualdad a la que hago referencia es muy importante porque va configurando a las personas desde nuestra más tierna infancia (vease diferentes estudios que avalan que niños y niñas ya se perciben como diferentes y con ámbitos diferentes desde los 5 años). Las nuevas generaciones son el futuro de la sociedad y siguen ancladas en los mismos estereotipos básicamente reforzados además por el valor económico (hoy en día tan importante) por el que se miden las cosas. Por ejemplo, el fútbol es cosa de chicos, porque en este deporte se ve claramente la diferencia económica que le da mayor visibilidad a la Liga masculina sobre la femenina. Otro ejemplo, el trabajo doméstico, mayoritariamente desempeñado por mujeres, ¿qué valor económico tiene? en el mejor de los casos, está la trabajadora dada de alta y cobra 7€/h, en el peor como hemos visto durante la pandemia, trabajan sin cotización y no tienen derecho a ninguna prestación.

Éstas son las consecuencias de la desigualdad, sin perder de vista la más grave de todas, la violencia machista, donde la valoración de la mujer es cero, qué digo cero, menos... X.

La forma de reducir la desigualdad además de empezando por la educación, es valorar todo el trabajo que resulta necesario para que una sociedad funcione, tanto si se trata de un empleo retribuido como si no. El trabajo tradicional que han desempeñado y desempeñamos las mujeres (trabajo doméstico y reproductivo) es esencial, es imprescindible de hecho para el sostenimiento, el desarrollo y el avance de las sociedades, porque... qué pasaría si ninguna mujer quisiera tener descendencia?

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